viernes, 21 de febrero de 2014

Una chispa de luz

    Sin una nube en el cielo, el día empieza bien. Máximas expectativas y energía a tope para afrontar lo que hoy me depare la suerte. Un cortado y un Donut, por favor. Y con eso me como el mundo. Todo listo, la bandeja de entrada llena de energía potencial en camino de convertirse en cinética. Ningún presagio indica que hoy no vaya a ser un día más.


    Y de repente llega. Tiene forma de mensaje, pero en realidad es un bocado de realidad, una prueba. Uno espera ser amigo de sus amigos en los buenos momentos, con o sin Gin Tonics de por medio. Con o sin besos bienintencionados, mezcla de sana diversión, inocente, desenfrenada y etílica. Pero a veces toca estar a su lado en momentos más ingratos. Un futuro incierto se cierne sobre su realidad, y la angustia gana terreno por culpa de un mañana indefinido.
 
   Somos tú, y tu dolor es el nuestro. Eso no lo hace más suave, no lo atenúa, pero no es lo que importa ahora mismo. No hace falta que notes nuestra presencia, pero si se doblan tus rodillas, ten por seguro que allí estaremos para que no caigas. Y si voluntariamente nos requieres, no dudes que acudiremos prestos a brindarte la mejor de nuestras risas.

   No es la primera vez que pasas por esto. No te van a flaquear las fuerzas, y aunque así fuera, sacarás las de reserva, que las tienes. Y cuando ya no te alcancen, tienes a los tuyos justo al lado. Un beso, un abrazo, un te quiero mami, eso son vitaminas de coraje.

   Estoy convencido de que uno recoge lo que siembra. Y si tú has plantado muchas risas y buenos momentos, abrazos no solicitados pero muy bien acogidos, recibirás apoyo y consuelo en momentos de necesidad, y más abrazos, y más besos. Y palabras de esperanza, pues incluso en los momentos menos luminosos, una chispa puede servirte de guía. Cree en ella, y todo lo demás vendrá rodado.


Keep on walking.

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